Tequila: bebida prehispánica

 

Agave Jimado

Agave Jimado

El “tequila” es un aguardiente que se elabora en una pequeña región del occidente de México, mediante la destilación del mosto fermentado que se obtiene del corazón de una planta conocida como agave azul. A este corazón, semejante a una gigantesca piña, se le denomina también “mezcal”, que en náhuatl puede significar “casa de la luna” (meollo, esencia), o bien “lo cocido”.

De todos los mezcales que se producen en nuestro país, sin duda el más famoso es el de la región de Tequila, una antigua y dinámica población localizada a unos 62 kilómetros al noroeste de Guadalajara, Jalisco.

 

Es seguro que, ninguna otra bebida espirituosa en el mundo está rodeada de tantos mitos y leyendas, ni está tan identificada con una cultura como lo es el tequila, que ha tenido su propia historia.

Milenios atrás, durante la época prehispánica, los pobladores del altiplano de la América Septentrional, reverenciaban al maguey por los grandes beneficios que éste aportaba. El agave representaba a Mayahuel, Diosa de la fertilidad de cuatrocientos pechos, que le permitían alimentar a sus cuatrocientos hijos, por lo que se creía que la planta poseía poderes especiales.

El Tequila En La Época Prehispánica

 

Lo que se puede decir con seguridad es que en esa época, precolombina, nada se desperdiciaba del maguey (agave), por lo que era de enorme valor, ya que las hojas o pencas las usaron como techumbres, como combustible para el hogar dentro de la casa, las
enizas las utilizaron como jabón, lejía o detergente; la savia como curación de heridas y asadas en hinchazones, de las mismas se obtenían fibras para tejidos y telas con las que confeccionaban vestimentas, cuerdas, papel y algunas formas de recipientes; los quiotes se usaron como vigas, para sostener techumbres, en los corrales, en límites territoriales en general para proteger heredades. Con las espinas fabricaban: agujas, punzones y clavos.

Del corazón o piña obtenían: aguamiel que fermentado se convertía en una bebida embriagante, mieles, azúcares y elaboraban ciertas golosinas. Por todo esto y más, esta
planta tiene bien ganado el nombre de agave, cuyo significado es “admirable”.

Los nativos de estas tierras utilizaron el producto no sólo como bebida embriagante, sino que fue parte de su consumo habitual, sobre todo entre los sacerdotes, entre la nobleza,
entre los viejos, entre los enfermos y embarazadas, sustituyendo la ingesta de verduras.

Con la llegada de los españoles a América, llega también el conocimiento de la destilación.

Nada destaca más en el paisaje mexicano que los campos sembrados de agave, y muy en especial, es verdaderamente sorprendente  lo   bello que resulta la campiña occidental del país. Es por esto que recientemente la UNESCO, designó como Patrimonio de la Humanidad el Paisaje Agavero.

Agave Azul

 

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